Audiovestibular

Realización de las pruebas audiológicas:


Otoscopia: Es esencial para verificar que no se encuentre un cuerpo extraño o un tapón de cerumen dentro conducto auditivo externo además de. Su procedimiento debe ser cauteloso y suave, pues se pueden dañar las paredes del C.A.E. Su técnica consiste en primer lugar pedirle al paciente que ligeramente incline la cabeza para que sea más accesible al oído externo el otoscopio,  y se le aconseja que no hable ni se mueva. Luego se procede a tirar ligeramente el pabellón hacia atrás e introducir el instrumento al oído. El objetivo de esta prueba es detectar si ene l interior  del conducto auditivo se encuentra alguna anomalía, irritaciones, perforaciones o cuerpos que impidan continuar con la impedanciometría.

Impedanciometría: Esta prueba consiste en probar  la resistencia que el oído medio opone a la propagación del sonido. Se trata de un examen objetivo que nos da información del estado de la vía auditiva, por lo que nos ayuda a aclarar diagnósticos diferenciales, básicamente en hipoacusias de conducción ya que estudia en mayor parte la función del oído medio. La impedanciometría  depende de la masa, la rigidez y el roce. El examen se realiza con un aparato electrónico llamado impedanciómetro, que tiene como principio el envío de una onda sonora y observar la facilidad o dificultad que tiene ese oído medio en aceptar ese sonido. El impedanciómetro posee una cánula que se introduce en el CAE y lo sella, luego se varía la presión de aire dentro del canal hacia positivo y negativo mientras se entrega un tono de prueba, y se mide la cantidad de energía acústica que es reflejada desde el tímpano, lo que nos da información de la transmisión del sonido en el oído medio; es así que mientras menos complaciente sea el sistema, se reflejará una mayor cantidad de energía acústica  y viceversa. En un oído normal, la aceptación de sonido es máxima cuando la presión del CAE es cercana a la presión ambiental, y disminuye a medida que la presión aumenta o decae, de esta forma obtenemos la curva de timpanograma, que tiene una forma de colina. 



Audiometría: es un examen subjetivo sobre el paciente, por lo cual se debe  confiar en lo que discrimine.  El audiómetro convencional (en la primera parte de este examen) entrega tonos puros desde los 128 Hz hasta los 8000Hz, que son las frecuencias más usadas por el oído humano. Cada tono puro se entrega primero por vía aérea y luego por vía ósea a cada oído, y se determina el umbral auditivo (por cada vía) en las distintas frecuencias. El umbral auditivo corresponde a la menor intensidad de sonido que se debe aplicar para ser escuchado como mínimo (que es el objetivo de esta prueba)  dos de las tres veces en una determinada frecuencia. Lo normal es que esa intensidad fluctúe entre -15 y 20 dB, los que restan son diferentes grados de hipoacusia. En un humano lo relativo a la intensidad, medida en “Decibeles” (Db), sus valores abarcan desde los -15 Db hasta los 120 Db, correspondiendo estos últimos al umbral del dolor.  Para el examen que se realiza por vía aérea se utilizan unos auriculares los que permiten junto con la cámara silente, que fuera imperceptible otro sonido que no sea el que se ha querido utilizar. Y para la vía ósea es utilizado un aparato similar q va a presionar levemente el hueso mastoideo. Se suele usar en ocasiones enmascaramiento para que esta prueba sea más fidedigna y no sea percibido por el otro oído.La segunda parte es distinguir si es una Hipoacusia Sensorial o Neural,  para esto se realiza un método conocido por el nombre de “Discriminación de la Palabra”, para la comprensión de la palabra hablada, con vocablos balanceados fonéticamente (frecuencias graves, medias y agudas en conjunto) con rangos que van del 92%-100% de palabras acertadas en un individuo normal, 88%-100% en un individuo con Hipoacusia de Conducción, 48%-88% en un individuo con Hipoacusia Sensorial o daño de la cóclea en el oído interno, y bajo 48%, es decir, cuatro o cinco respuestas correctas, correspondería a un paciente con Hipoacusia Neural que afecta al Nervio Auditivo. En el caso de catalina; este examen demoro más de lo normal, a pesar de que su edad era de 9 años, esta infante era un poco tímida e introvertida, cuando logro explayarse y comprender de que se trataba el examen se pudo apreciar que su déficit en la audición del oído derecho era el que la acomplejaba, no el oído izquierdo del cual se quejaba.
En esta ocasión se le sumaron dos test más el de Webber y Rinne que corresponden a la categoría de prueba de diapasones las que se basan en el funcionamiento de aparatos metálicos que al vibrar producen un tono puro. Cada diapasón produce un determinado tono, que va a depender de su grosor ya que de acuerdo a éste vibrará más rápido o más lento, determinando una cierta frecuencia de sonido. Estas frecuencias van desde los 128 hasta los 2048 ciclos por segundo, siendo los más usados los de 256 y 512 Hz.


Test Webber: consiste en aplicar el diapasón por vía ósea, pero en los dos oídos simultáneamente, lo que se logra al aplicarlo en la línea media (frente, huesos nasales o incisivos superiores). Lo normal es que el sonido sea escuchado al centro de la cabeza o en los dos oídos simultáneamente, a lo que se denomina que el "Weber no lateraliza". Si nos encontramos frente a un paciente con una hipoacusia bilateral simétrica, por ej. Una presbiacusia, el Weber tampoco lateralizará. En el caso de nuestra paciente ella percibía a cada lado al mismo tiempo.

Test de Rinne: consiste en comparar la audición vía aérea (diapasón ubicado cerca de conducto auditivo externo) y vía ósea (diapasón ubicado en apófisis mastoides) en cada oído por separado. Lo normal es oír mejor o por más tiempo por vía aérea, lo que se denomina Rinne positivo.Este test nos ayudará a determinar si la hipoacusia en un determinado oído es por un problema a nivel de transmisión del sonido o de tipo sensorio neural. Cuando existe un problema en la transmisión del sonido por ej en una fijación de cadena osicular, el estímulo auditivo llegará directamente a la cóclea si se da por vía ósea (mastoides), pero si se estimula por vía aérea no se podrá transmitir el sonido en forma adecuada a la cóclea por el defecto en el oído medio, y se oirá más débil por esta vía, lo que se denomina Rinne negativo. En el caso de una hipoacusia sensorioneural, el test de Rinne es positivo.(mejor transmisión aérea).

Potenciales evocados: lamentablemente no pudimos ver la realización de esta prueba dentro de nuestra práctica en el laboratorio de audiología.
Los potenciales evocados son técnicas neurofisiológicas que registran las respuestas cerebrales provocadas por estímulos sensitivos, pudiendo ser visuales, auditivos o táctiles eléctricos. En función de la estructura a analizar recibirán su nombre. También encontraremos algún tipo de potencial que tendrá una interpretación psico-fisiológica o "cognitiva". La técnica básica implicará la estimulación repetida mediante el mismo estímulo y la promediación de los resultados porque estos suelen ser de baja intensidad y difíciles de captar. La información es procesada por un ordenador adaptado y se representa gráficamente en forma de ondas. Para la fonoaudiología se llaman potenciales auditivos evocados de tronco cerebral los que se trata de un examen objetivo, que no requiere de la colaboración del paciente. Sin embargo es largo y complejo, requiriendo sedación en muchos casos. Está indicado básicamente en el estudio de hipoacusia en lactantes o niños pequeños, en pacientes con enfermedades mentales que no colaboran, y como parte del estudio diferencial de hipoacusias sensorioneurales.




Grado de intensidad
  • Normoaudición
    El umbral de audición tonal no sobrepasa los 20 dB en la gama de frecuencias conversacionales. Ésta es la intensidad que percibe un oído que no sufre ningún tipo de pérdida auditiva.
  • Hipoacusia leve 
    Este tipo de pérdida puede hacer más difícil la comunicación, especialmente en ambientes ruidosos, pero no impiden un desarrollo lingüístico normal, es decir, no produce alteraciones significativas en la adquisición y desarrollo del lenguaje. El grado de pérdida se encuentra entre los umbrales de 20 y 40 dB.
  • Hipoacusia media
    La pérdida auditiva se sitúa entre 40 y 70 dB. El niño tendrá problemas para la adquisición del lenguaje, por lo que es necesaria la adaptación de una prótesis, así como la intervención logopédica. Pero ha de tenerse en cuenta que, por norma general, podrán adquirir el lenguaje por vía auditiva.
  • Hipoacusia severa
    La pérdida auditiva se sitúa entre 70 y 90 dB. Esta pérdida supones importantes problemas para la comunicación hablada y para la adquisición del lenguaje oral. La voz no se oye, a no ser que ésta sea emitida a intensidades muy elevadas. Las personas con este grado de sordera necesitan el apoyo de la lectura labial, y para ellas, es imprescindible el uso de audífono y el apoyo logopédico para el desarrollo del lenguaje.
  • Hipoacusia profunda
    La pérdida auditiva supera los 90 dB. Esta pérdida provoca alteraciones importantes en el desarrollo global del niño; afecta a las funciones de alerta y orientación, a la estructuración espacio-temporal y al desarrollo intelectual y del niño. Será imprescindible el uso de audífonos o implante coclear, una enseñanza intencional y sistemática del lenguaje.
  • Cofosis
    La cofosis supone la pérdida total de la audición. Supone la ausencia de restos auditivos se sitúa por encima de los 120 dB, aunque en muchas ocasiones una pérdida superior a los 100 dB. Implica una auténtica cofosis funcional. Sin embargo, la pérdida total de audición es poco frecuente.